La minería ha liderado hasta ahora la transición hídrica que le permitirá a la industria migrar desde las fuentes continentales hacia las no convencionales para alcanzar la seguridad hídrica, poniéndose además metas ambiciosas de utilización de agua de mar, cruda o desalada.
Según cifras de Cochilco, un 74% de las empresas mineras en Chile ya recicla el agua que utiliza en sus procesos industriales, y un 34% utiliza agua de mar sin procesar o desalada. El suministro de agua desalada para la minería ha permitido elevar significativamente los estándares de sustentabilidad social y ambiental de sus operaciones productivas.
En Chile existen condiciones muy favorables para llevar adelante esta transición hídrica, como tener más de 6 mil kilómetros de costa, distancias relativamente pequeñas desde ella a los centros de consumo y una corriente de Humboldt que propicia excelentes condiciones de dilución de la descarga de la salmuera. El suministro de agua desalada para la minería permite no solo realizar una gestión integrada de cuencas hidrográficas que beneficie a todos sus usuarios, tanto a la pequeña y mediana minería como a las comunidades rurales y proyectos agrícolas que podrían acceder a un suministro seguro y constante de agua, sino que también a la biodiversidad de aquellos ecosistemas y acuíferos que vuelvan a contar con sus fuentes continentales.
La tendencia de la demanda de agua desalada para la minería se puede apreciar en el siguiente cuadro elaborado por COCHILCO.